domingo, 11 de mayo de 2014

Performance de Katherine Supnem en segunda casa/taller Galería Conejo.

En el marco del evento Contra el acoso callejero femenino, realicé la performance CULPA en la segunda casa taller de Galería Conejo.

Reflexionando acerca del acoso, se me presentaron las ideas más básicas respecto al tema y que es menester mencionar:
-La acción del acosador.
-La pasividad del receptor.
-La pasividad del espectador.

¿Por qué una acción violenta, como la lascivia, genera inactividad/pasividad?

¿Por qué el espectador, pudiendo elegir entre accionar u observar, decide observar pasivamente?

Mi país se caracteriza por ser culposo y religioso ¿Dónde está la culpa? En la mujer/cuerpodemujer que recibe la violencia verbal de la lascivia y en el espectador que se siente culpable de entrometerse en la intimidad de dos sujetos en "cortejo de apareamiento"
¿Dónde está la culpa del lascivo?¿Dónde está el caracter religioso de mi país culposo en ese ciudadano?

LA CULPA DEL ACOSADOR SE ESFUMA EN EL RESPALDO DEL MACHISMO: "ESTOY CORTEJANDO A LA HEMBRA PARA APAREARME, MEREZCO SER DEJADO EN PAZ. SE VE TAN RICA, CÓMO NO GRITARLE LO QUE MI PENE NO PUEDE EYACULAR DENTRO DE ELLA".

Con la performance culpa, quise hacer un llamado a los cuerpos femeninos -no sólo a las mujeres, sino a los intersexuales y transexuales que padecen acoso por presentarse como cuerpos femeninos también- a borrarse la culpa que recae sobre sus cuerpos, una culpa social y mental. Sin la culpa mental, la social va perdiendo poco a poco su fuerza; esa fuerza se nos devuelve y una vez recuperada, luego del desvanecimiento de la culpa, la transformamos en resistencia.

En mi acción, primero mostré los objetos donde recae la culpa o que me permiten verla:

-El espejo que refleja el cuerpo (la visión de los otros sobre mi cuerpo femenino).
-El rosario y la imagen de la virgen (la religión).
-La carne misma (Mi torso descubierto, inscrito por la culpa)

1. Mi sociedad me dice que yo tengo la culpa, por poseer cuerpo de mujer y por dejar entrever mis partes pudendas. Entonces proclamé, en la acción, que YO TENGO LA CULPA.
2. Borré con saliva (elemento íntimo y propio de mi cuerpo para limpiar heridas y para disolver alimentos) la culpa sobre mi cuerpo. Un tipo de acción balsámica mental. Entonces DUDÉ DE MI CULPA.

Falta la expiación del cuerpo que soy/somos.

3. Saqué de mi vulva un rosario, porque la religión está tan dentro de nosotros que no la vemos y la tenemos incrustadas en todas las formas de entender nuestro cuerpo y nuestra relación culposa con los otros cuerpos. Entonces tuve la certeza de que LA CULPA NO ES MÍA.

¿Quién, entonces, debe hacerse responsable del acoso y la violencia hacia la mujer/cuerpodemujer?
La respuesta es:
TODO/AS NOSOTRO/AS.

4. Entonces saqué un cartel, a modo de protesta que decía que la culpa es de los vouyeristas inactivos, que presencian la violencia y no hacen nada y al no moverse, son cómplices de esa violencia y la culpa de la persona violentada se multiplica por cada uno de los observadores y ya no puede moverse ni reaccionar, no puede defenderse.

Hago un llamado al espectador pasivo a reaccionar, a colaborar en contra de los acosadores o violentadores. No más palabras, no más visiones HAGAMOS ALGO.

Fotografías por Nicol Caro Paredes (Shobie, de NubeArbol)