domingo, 4 de septiembre de 2011

Pensando en arte

Pensando en lo que me gustaba dibujar desde siempre...observando lo que he dibujado...siempre he querido agredir a las personas con las imágenes, usando lo grotesco, lo sexual aberrante, las ideas impensables.
Observo en lo que hacía antes, unas ganas intensas de violencia y grito, de expresar con fuerza agresiva, tosca, arisca, poco sociable. Lo que produce rechazo instantáneo y tal vez una fascinación en las personas que gustan de lo poco común.
Tristezas negras, nervios, rabias, silencios forzados, golpes contra la inercia. Personas descuartizadas, ideas sucias.
Luego me pregunté por lo bello y lo encontré vacío. Vacío. Vacío.
Luego me pregunté por mí y me encontré vacía, vacía.
Luego me pregunté por el mundo externo a mi emoción y lo encontré cínico.
Luego me pregunté por mi familia y hallé el silencio muerto.
Luego me volví a preguntar por mí misma, pero ya era una mí misma nueva. Una reinterpretación interna de lo bello y lo dulce. Encontré cómo quería ser mujer, me alejé de lo grotesco y me encontré con esa mujer que nunca quise. Una mujer impuesta y la rechazé reinventándome.
Luego me busqué hombre y también me hallé.
Luego me dije, deja de buscar cómo podrías encajar en el nombre, en la palabra y sé el significado. Lo innombrable, y fui.
Ahora busco a través de lo que yo considero bello y armonioso el grito de lo grotesco, desde la educación del morbo, develar y ocultar a la vez, dar libertad. Quiero que lo que hago sea como esas flores raras que por sus colores y formas hacen que las personas se acerquen, pero que emanan un olor tan putrefacto que pocos son capaces de soportar lo que la flor expresa. ¿Quién se queda? el que necesita hallarse y se haya en lo que hago.
Antes mis dibujos estaban sobrecargados de escritura, como mi forma de pensar, ahora busco empezar por lo simple.
Soy aprendiz.

Desde otra mirada está la performance, pero lo que signifique para mi es un secreto sanador.